Hay una escena inolvidable en “Una noche en la ópera” de los Hermanos Marx en la que Otis B. Driftwood (el genial e incomparable Groucho) hace la presentación en el teatro del tenor Rodolfo Lassparri (uno de los malos de la película) y entre otras notas biográficas comenta:
“… y su mamá fue una famosa cocinera italiana que tuvo la genial idea de rellenar los macarrones con bicarbonato, con lo cual causaba y curaba las indigestiones al mismo tiempo.”
Pues algo similar podríamos decir de esta pieza maestra de la señalética mostrada más abajo, que causa accidentes y los evita a la vez, avisando del peligro de los mismos. Es una pena el diseño minimalista del cartel, ya que el autor podría haberse lucido con un toque de efecto Droste.
El siguiente cartel también es autorreferente, pero es más provocativo en plan profecía autorrealizada. A mí al menos no se me hubiera ocurrido tirarle una piedra, pero ya que se menciona la posibilidad…
Fuente: singularidad
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